El café y las olas de consumo
El café se ha vuelto un dios pagano de los tiempos contemporáneos, al que se le venera y rinde culto de formas muy diversas.
Para algunos lo importante es que los acompañe en los momentos más importantes de su vida diaria. Es por eso que no tienen ninguna importancia si viene en frasco, sobre o es prefabricado; siempre y cuando esté presente en los momentos clave: cuando se despiertan, cuando se aprestan a comer un pan dulce o después de comer algo pesado. Los trabajadores contemporáneos también conocidos como godinez lo utilizan como pócima contra el mal del puerco y como remedio cuando los brazos de morfeo empiezan abrazarlos a mitad del día (cuando les da sueño en la oficina).
Para otros se ha vuelto un objeto sacro por el que llegan a pagar elevadas sumas; se le compra en granos y se guarda en lugares herméticos para disfrutarlo en la mañana cuál recién nacido que consume su primer alimento del día.
Para otros se ha vuelto un objeto sacro por el que llegan a pagar elevadas sumas; se le compra en granos y se guarda en lugares herméticos para disfrutarlo en la mañana cuál recién nacido que consume su primer alimento del día.
El caso es que esta inscrito de múltiples maneras en la vida diaria de las personas. Se ha vuelto un fenómeno cultural para los estudiosos de los hábitos y las costumbres. Se dicen especialistas en el café y las olas de consumo .
El café y las olas de consumo: etapas principales
El primer gran impulso para el café y las olas de consumo se dio a inicios del siglo XX con la revolución industrial del café instantáneo. La transformación del grano en un polvo que se disuelve en agua caliente y permite preparar la bebida cualquiera que sea el lugar en el que te encuentres permitió que éste cruzara océanos y continentes para llegar a casas, oficinas, bares y tienditas de la esquina.